REFORMA PETROLERA (Sexta Parte)
Aceptado (moviéndome en el terreno de lo políticamente posible), que el petróleo debe explotarse con el fin de maximizar la renta petrolera en beneficio de los mexicanos (o por lo menos de los más necesitados), y entendiendo que ello debe lograrse vendiendo más petróleo al mismo precio, ¡para lo cual debe aumentarlo más posible la extracción del mismo!, la pregunta es con qué modelo de industria petrolera se logra tal fin.¿Con monopolio gubernamental, sin ningún tipo de participación privada? ¿Con monopolio gubernamental, con participación privada, por medio de contratos de riesgo? ¿Con empresa gubernamental, con o sin participación de capital privado, compitiendo con otras empresas, gubernamentales o privadas? ¿Con empresas privadas, que puede ser una (monopolio) o varias (competencia), concesionadas por el gobierno, a cambio del pago de una renta petrolera? ¿Con empresas privadas, que pueden ser varias (competencia) o una sola (monopolio), propietarias del petróleo, que explotan sin pagar renta petrolera al gobierno, lo cual supone, en toda la extensión del término, la propiedad privada del recurso?
La respuesta es: con empresas privadas, concesionadas por el gobierno, a cambio del pago de una renta petrolera, y compitiendo entre sí. Ello puede garantizar una mayor actividad en exploración y extracción, y por lo tanto una mayor oferta de petróleo, así como una oferta a menor precio, menor precio que, para efectos de la renta petrolera, podría compensarse con la mayor oferta, y demanda, de la mercancía. Así las cosas, y de aprobarse tal y como la propuso, ¿este sería el resultado de la reforma petrolera de Peña Nieto? Veámoslo.
Si se aceptara tal cual fue propuesta, el resultado de la reforma de Peña Nieto supondría pasar de la industria del modelo uno –monopolio gubernamental sin participación privada– a una con elementos del modelo dos en materia de exploración y extracción –monopolio gubernamental, con participación privada, por medio de contratos de riesgo– y con elementos del modelo tres –empresa gubernamental, con o sin participación de capital privado, compitiendo con empresas privadas–en lo tocante a refinación, transportación, almacenamiento, distribución y comercialización de petróleo y derivados, todo lo cual apunta en la dirección correcta –abrir la industria a la participación del capital privado– pero quedándose corto –la apertura a dicho capital es muy limitada, sobre todo en exploración y extracción, y la participación del gobierno muy extendida, al grado de poder afirmar que la reforma supone dejar intacta la esencia de la industria petrolera mexicana, sobre todo en lo que a exploración y extracción respecta, esencia que no es otra más que el monopolio.
Para terminar quiero regresar a la pregunta que, con relación al petróleo, considero la más importante. El petróleo, ¿debe explotarse con el fin de minimizar el precio para el consumidor o maximizar la renta petrolera para el ciudadano? Haciendo de lado lo políticamente correcto, ¿cuál es la opción correcta? Usted, ¿cómo cree que se beneficiaría más: con gasolinas lo más baratas posibles (sin subsidio) y con más gasto social del gobierno financiado con la renta petrolera?
Haciendo justicia es hora de ver la otra cara de la moneda, veamos lo que nuestro gobierno y reconocido presidente (y no por el buen funcionamiento) nos dicen, conozcamos la REFORMA PETROLERA DESDE LA SENER (SECRETARIA DE ENERGIA)