LA FISIÓN NUCLEAR
E
N
1932, el físico inglés James Chadwick descubre el
neutrón. Con ello se abren las puertas para seguir las investigaciones
que conducirían a Enrico Fermi a construir en Chicago la primera pila o
reactor nuclear. El neutrón es una partícula que no tiene carga
eléctrica y su masa es casi igual a la del protón. Ambas partículas
forman el núcleo de un átomo.
Chadwick trabajó para Ernest Rutherford, quien propuso el modelo
del átomo, constituido por un núcleo central cargado positivamente y
electrones girando a su alrededor. El modelo de Rutherford, junto con el
tratamiento cuántico que le dio el físico danés Niels Bohr, conforman
la descripción clásica del átomo. La descripción moderna incluye un
núcleo, compuesto de protones, neutrones —que a su vez están compuestos
por partículas más elementales llamadas quarks— y electrones
representados como una nube con una cierta probabilidad de encontrarlos
en un lugar determinado.
En el texto en que Chadwick anuncia su descubrimiento dice así:
Para explicar el gran poder de penetración de la radiación debemos suponer que la partícula no tiene carga neta. Podemos también suponer que se trata de una combinación cerrada de protón y electrón, el neutrón discutido por Rutherford en su Conferencia Baqueriana en 1920. (Proc. Roy. Soc. of London, vol. A 136, 1932). |
Pero, ¿cuál es la relación entre el neutrón y la energía nuclear? Primero, hay
que conocer la estructura del núcleo atómico y, segundo, tomar en cuenta que los
neutrones son los responsables de las reacciones en cadena. Al bombardear un átomo
pesado con neutrones, el núcleo de éste se rompe o se fisiona, liberando en el
proceso una enorme cantidad de energía. Al fisionarse puede emitir también neutrones,
y si éstos son dos o tres, chocarán con otros átomos, produciéndose una reacción
en cadena. Por esta razón, el descubrimiento del neutrón es decisivo en la energía
nuclear y en particular para producir energía útil en un reactor nuclear.
En 1933, los esposos Frédéric Joliot e Irene Curie descubren que
al bombear una delgada lámina de aluminio con partículas alfa (núcleos
de helio) provenientes de una fuente de polonio, se produce una
radiación muy intensa. Es así como nace la radiactividad artificial.
El físico italiano Enrico Fermi demuestra en 1934 que al hacer
incidir un haz de neutrones en la parafina, éstos se desaceleran, debido
a los choques elásticos con los átomos de parafina y, lo más
importante, que los neutrones lentos son más efectivos para producir
algunas reacciones nucleares. En 1935 la química Ida Noddack propone la
primera explicación de la fisión nuclear.
Mientras esto ocurría, el equipo de Fermi bombardeaba con una fuente de neutrones el uranio y había encontrado un nuevo elemento
de número atómico 93 que sufría "ulteriores desintegraciones cuya
naturaleza aún no ha sido aclarada", según afirma Otto María Corbino,
impulsor de Fermi.
Ida Noddack había escrito una carta a la Revista de Química Aplicada,
en la que señalaba: "Cabe pensar que al bombardear núcleos pesados con
neutrones, estos núcleos se descompondrán en varias partes menores, las
cuales, si bien serán isótopos de elementos conocidos, no serán vecinos
de los elementos sujetos a radiación." Pese a que Ida Noddack envió al
equipo de Fermi un artículo con su propuesta, no le hicieron caso.
Aunque señala Emilio Segré, colaborador de Fermi, "tampoco Noddack se
molestó en realizar los simples experimentos que podían sustentar su
hipótesis."
Mientras Fermi recibe en 1938 el Premio Nobel por la producción
de elementos radiactivos artificiales a partir de neutrones, se entera
de que se ha logrado romper el núcleo atómico con neutrones.
Otto Hahn y su discípulo Fritz Strassmann comunican su resultado:
"Como químicos, debemos decir que el producto obtenido es bario, no
radio, pero como químicos nucleares no podemos persuadirlos de este
salto, en contradicción con todos los conocimientos previos de física
nuclear. Tal vez, después de todo, nuestros resultados se volvieron
engañosos por una serie de extraños accidentes".
Otto Hahn comunica el hallazgo a su ayudante Lise Meitner, física austriaca
de ascendencia judía a quien el fascismo hace huir a Suecia, pero que seguía
de cerca las investigaciones de Hahn y lo había asistido durante más de treinta
años. Lise se reúne con su sobrino en Kungalv, quien está de vacaciones: se
trata del físico Otto R. Frisch, quien trabajaba en la misma dirección. Lise
le da a leer la carta de Hahn y ambos interpretan correctamente el experimento
que Hahn y Strassman no se habían atrevido a considerar como fisión nuclear.
Efectivamente, bombardeando uranio con neutrones se producen dos elementos que
nada tienen que ver con éste: bario y kriptón. Frisch viaja a Copenhague para
comunicarle a Niels Bohr su descubrimiento, pidiéndole que lo mantenga en secreto
hasta que él y Frau Meitner publiquen los resultados. A Frisch se le ocurre
la idea de designar al fenómeno con el nombre de fisión nuclear, tras
preguntar a un biólogo por el nombre que se utilizaba para referirse a una célula
que se parte en dos. Cinco años más tarde sale publicado el artículo en la revista
Nature, y esta demora les da ventaja a Hahn y Strassman, quienes reciben
el Nobel por el descubrimiento.
Poco después, Bohr y Wheeler (en aquella época su ayudante) exponen la teoría
de que el isótopo de uranio-238 (el más abundante en la naturaleza) produce
fisión sólo si se bombardea con neutrones rápidos (con energías mayores al megaelectrón-
volt), mientras que el uranio-235 se puede fisionar con neutrones lentos. Más
tarde, A. Nier y J. R. Dunning confirman experimentalmente la hipótesis de Bohr.
Fermi y Bohr eran las cabezas de las investigaciones nucleares de
la época. En agosto de 1939, Leo Szilard, también pionero de la fisión,
junto con varios compañeros húngaros, convencen a Albert Einstein para
que firme una carta dirigida al entonces presidente de Estados Unidos
Franklin Delano Roosevelt, advirtiéndole del peligro que entrañaba el
descubrimiento de la fisión del átomo.
La famosa carta, aún en controversia, sin justificación, dado que Einstein
no participó en la construcción de la bomba atómica, provocó que los
EUA
aceleraran las investigaciones de la fisión nuclear para impedir
que los alemanes tomaran la delantera. Y efectivamente, no pudieron tomarla
porque los físicos más importantes se encontraban exiliados en EUA
. Sin embargo,
el mal uso de la energía nuclear fue lo que aceleró las investigaciones y produjo
los desastrosos resultados conocidos por todos: la bomba atómica arrojada en
1945 sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
En 1940 E. M. McMillan, J.W. Kennedy y A.C. Wahl descubren el
plutonio, elemento producido en los reactores nucleares y que se utiliza
para hacer la bomba atómica, utilizando el ciclotrón de 1.5 metros de
Berkeley. Un equipo impresionante de físicos trabajaba entonces para
lograr producir una reacción en cadena controlada y, "de pasadita", el
combustible necesario para la fabricación de la bomba.
Sólo cuatro años después del descubrimiento de la fisión, el 2 de
diciembre de 1942, Fermi y sus colaboradores, después de algunos
fracasos, logran construir en Stagg Field, Chicago, bajo la dirección de
Arthur H. Compton, la primera pila de uranio, primer reactor nuclear,
en el lugar donde se proyectaba instalar una cancha de squash para la Universidad de Chicago. Para entonces, en varios sitios de
EUA
se investigaba cómo lograr la fisión controlada, por ejemplo en las universidades de Berkeley y Columbia.
El momento en que la pila de uranio de Chicago alcanzó el nivel crítico, según
narra Fermi, fue como sigue:
En la
mañana del 2 de diciembre de 1942, las indicaciones demostraron que se
habían excedido ligeramente las condiciones críticas, y que la reacción
en cadena no se efectuaba dentro del sistema únicamente por la absorción
de las tiras de cadmio. Durante la mañana, con cuidado se retiraron todas
las tiras de cadmio menos una; esta última se extrajo poco a poco, y se
vigiló de cerca la intensidad. A partir de las mediciones, se esperaba
que el sistema se volviera crítico al remover un tramo de cerca de ocho
pies de esta última tira. En efecto, cuando se removieron cerca de siete
pies de altura, la intensidad se elevó a un valor muy alto, pero aun así,
se estabilizó después de algunos minutos en un nivel finito. Con algo
de ansiedad, se dio la orden de remover un pie y medio de la tira. Esta
operación nos llevaría a la victoria. Cuando se retiró el pie y medio,
muy lentamente comenzó a elevarse la intensidad, pero en una proporción
cada vez mayor, que siguió creciendo hasta que se hizo evidente que finalmente
se desviaría. Luego se insertaron las tiras de cadmio dentro de la estructura
y la intensidad decayó con rapidez a un nivel insignificante.
|
En los primeros experimentos se utilizó uranio natural (238),
pero dado que se podían partir los núcleos con neutrones lentos, se
formaron dos equipos de investigación: el de Dunning y Booth bajo la
asesoría de Urey (descubridor del agua pesada), que trabajaba con uranio
enriquecido, y el de Fermi, Szilard, Zinn y Anderson, que empleaba
uranio natural.
Poco después, el Proyecto Manhattan, dirigido por el general
Leslie Groves y con J. Robert Oppenheimer, como uno de los jefes, dio su
fruto letal: las tres primeras bombas atómicas construidas en Los
Alamos, Nuevo México.
Sin embargo, toda moneda tiene dos caras. El reverso de la
desgracia que representó la utilización de la energía de la fisión en
las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki fue la
construcción del reactor nuclear. Después del reactor de Chicago se
construyeron rápidamente centrales nucleares en Canadá, Francia, la ex
URSS
, Alemania e Inglaterra.
Hasta ahora se ha dado un panorama general de los hechos más
relevantes que llevaron a la construcción del primer reactor, y sólo han
pasado cincuenta años desde entonces. No obstante, estos sucesos se
aquilatan mejor si se tiene una idea general del funcionamiento de un
reactor nuclear.
Un reactor es un sistema en el cual se libera calor como producto
de la fisión nuclear controlada, el cual se aprovecha para generar
electricidad, producir radioisótopos y hacer investigaciones
científicas.
Para su funcionamiento, el reactor requiere de un combustible:
uranio y torio son los elementos más adecuados. Más adelante se verá por
qué.
El átomo se compone de un núcleo y de electrones con cierta probabilidad de
encontrarlos en un lugar determinado alrededor del núcleo. Éste está formado
por dos tipos de partículas: los protones y los neutrones. Los protones tienen
una masa de 1.673 X 10-27 kg, ligeramente menor que la de los neutrones
(1.675 X 10-27 kg). Los protones están cargados positivamente, mientras
que los neutrones no tienen carga.
La estructura de los núcleos atómicos depende del número de protones y neutrones
de cada núcleo. El número de protones o número atómico se designa por la letra
Z, y el número de nucleones (protones más neutrones) se llama número de masa
o másico y se representa por la letra A. De manera que el número A-Z da el número
de neutrones de un átomo. Por ejemplo, 238U92 quiere decir
uranio con Z=92 protones y A=238 nucleones, por lo tanto, A-Z=146 neutrones.
En cambio, el 235U92 tiene Z=92 protones y A-Z=143 neutrones.
El primero, 238U92, es el llamado uranio natural y es
el que más abunda en la naturaleza. El 235U92 tiene que
enriquecerse, ya que se encuentra en una proporción de 0.7% mezclado con el
uranio natural. Entre los procesos de enriquecimiento pueden mencionarse la
difusión y la centrifugación; ambos requieren de una tecnología compleja.
En el método de difusión gaseosa se aprovecha el hecho de que como el 235U92
es más ligero que el 238U92, la velocidad de difusión
del 235U92 a través de una delgada capa (metal poroso)
es más rápida. Para lograrlo, los óxidos sólidos de uranio se transforman en
hexafluoruro de uranio (UF6), compuesto que se puede convertir en
vapor fácilmente. Como la concentración de uranio enriquecido (235U92)
aumenta lentamente, es necesario repetir el proceso de difusión muchas veces
con ayuda de bombas y condensadores.
El proceso de enriquecimiento por centrifugación se basa en que el gas de hexafluoruro
de uranio (UF6) —que contiene tanto uranio natural (238U92)
como enriquecido (235U92)—, al someterse a la centrifugación
(como cuando nos metemos al torbellino en una feria), desplaza a los bordes
el uranio natural más pesado y deja más cerca del centro al uranio enriquecido,
que es más ligero. El uranio ligeramente enriquecido se recoge mediante unas
tuberías y se vuelve a centrifugar. Este procedimiento se repite varias veces
hasta conseguir la concentración adecuada. La ventaja del método de centrifugación
es que consume la décima parte de energía que el de difusión.
El número atómico o de protones determina químicamente a un elemento, aunque
cambie en número de neutrones; de manera que a un elemento con diferente número
de neutrones pero igual número de protones se le llama isótopo. En el ejemplo
anterior el uranio 235 y el 238 son dos isótopos del mismo elemento: uranio.
Los isótopos son químicamente idénticos, pero su estructura nuclear es muy diferente.
Tanto así, que los dos grandes grupos de reactores se dividen en los que utilizan
uranio natural como combustible en forma de óxido de uranio (UO2)
y los que usan uranio enriquecido, como hexafluoruro de uranio (UF6).
La diferencia entre ambos sólo son tres neutrones.
Si pudiéramos colocar en una balanza de equilibrio las partículas
que constituyen el núcleo, separadas en uno de los platos, y en el otro
todo el núcleo, observaríamos un fenómeno interesante: el plato donde
se encuentran las partículas que componen el núcleo separadas, pesará
más. Esta diferencia de masa entre ambos estados se debe a la energía
que mantiene unidos a los protones y los neutrones y se denomina energía
de amarre. Dicha energía es la que se aprovecha al romper los núcleos
atómicos y se calcula a partir de la fórmula de Einstein, E = mc², que
establece la equivalencia entre masa y energía.
Cuando se hace incidir un haz de neutrones en un núcleo de uranio pueden ocurrir
tres cosas: 1) una reacción de dispersión en la que, debido a colisiones
elásticas o inelásticas, se da únicamente un intercambio de energía entre el
núcleo y los neutrones; 2) una captura radiactiva, en la cual un neutrón
es capturado (lento, en la mayoría de los casos), se emiten partículas gamma
( g) o fotones de alta energía y posteriormente el
átomo radiactivo decae formando otro elemento, que a su vez emite partículas
beta (b) o electrones; 3) una fisión nuclear,
en la cual los núcleos de número másico elevado, y sólo éstos, absorben un neutrón.
El elemento pesado, al absorber el neutrón provoca que las fuerzas nucleares
de atracción entre protón-protón, neutrón-neutrón y protón-neutrón, sean comparables
a las fuerzas de repulsión electrostáticas (o coulombianas) entre los protones
cargados positivamente.
Es decir, la fisión consiste en el rompimiento de un núcleo atómico pesado
para formar dos ligeros, proceso durante el cual se libera gran cantidad de
energía (véase la figura 30).
El núcleo, como resultado de la colisión con el neutrón se rompe
en dos núcleos de manera parecida a como ocurre cuando una gota de agua
se divide en dos. En caso de que los neutrones incidentes sean lentos,
los fragmentos de núcleo guardarán una relación de 2 a 3 respecto a su
masa. Éste es el caso del bario y el kriptón, y en general de cualquier
pareja de elementos altamente radiactivos. Los núcleos resultantes de la
fisión se llaman productos de fisión (véase la figura 30).
En las reacciones de fisión se rompen generalmente núcleos de
tono, uranio o plutonio. El resultado son dos núcleos ligeros y la
liberación de una enorme cantidad de energía en forma de calor y, en
algunos casos, otros neutrones.
La energía liberada al bombardear un núcleo de uranio-235 es de aproximadamente
200 MeV (megaelectrón- volts). Para tener una idea de lo que representa esta
cifra, equivale a una energía tres millones de veces mayor que la liberada en
la combustión de carbón. La mayor parte de la energía liberada (salvo la de
los neutrinos) se convierte en calor (véase el cuadro IX).
C
UADRO
IX. Distribución aproximada de la energía liberada en
la fisión de un núcleo radiactivo.
MeV (megaelectrón-volts)
|
|
Energía cinética de los fragmentos de fisión |
168
|
Energía instantánea de los rayos gamma (g) |
7
|
Energía cinética de los neutrones de fisión |
5
|
Partículas beta (b) de los productos de fisión |
7
|
Rayos gamma (g) de los productos de fisión |
6
|
Neutrinos (partículas sin carga y sin masa) |
10
|
Total |
203
|
Por otro lado, hay núclidos (núcleos característicos) fisionables únicamente con neutrones de mucha energía, llamados neutrones rápidos;
éstos son el torio-232 y el uranio-238. En cambio, hay otros que se
pueden romper con neutrones de cualquier energía y en particular con
neutrones de baja energía, llamados neutrones lentos. Éstos son: uranio-233, uranio-235 y plutonio-239. A este último tipo de núcleos se les llama fisibles para distinguirlos de los primeros, llamados fisionables.
Los neutrones lentos tienen mayor probabilidad de provocar una
reacción de fisión —según lo demostró Fermi—, ya que pasan cerca del
núcleo radiactivo durante más tiempo (la sección eficaz de dispersión es
mayor para los neutrones lentos).
La energía calorífica liberada en la fisión de un kilogramo de uranio-235 es
de 81 X 1012 joules y la de un kilogramo de plutonio-239 es de 79.5
X 1012 joules.
Una reacción de fisión puede controlarse cuando se logra que en
promedio se produzcan dos o tres neutrones capaces de chocar con otros
núcleos de uranio. Éste es el proceso que ocurre en el interior de un
reactor. La forma física de evaluarlo consiste en medir una cantidad
llamada factor de reproducción, que es igual al cociente del número de
neutrones producidos en un intervalo corto de tiempo, entre los
neutrones absorbidos por cualquier proceso más los neutrones perdidos
también en ese intervalo. Si este valor, designado por la letra k, es igual a 1, el reactor se denomina crítico; si es menor o mayor que 1 se llama subcrítico o supercrítico, respectivamente.
La cantidad mínima de combustible necesaria para producir una
reacción en cadena controlada, en el caso de un reactor, o sin control,
cuando se trata de una bomba atómica, se denomina masa crítica y de ésta
dependen las dimensiones del reactor (debe haber cierta densidad de
neutrones producidos). Para el uranio-235, en ciertas condiciones, la
masa crítica es de aproximadamente 1 kg. Sin embargo, el uranio, tal y
como se encuentra en la naturaleza, nunca puede alcanzar las condiciones
críticas (afortunadamente).
Un reactor, para producir energía eléctrica funciona como sigue: la parte más
importante del reactor es el núcleo. En él se encuentran las barras de combustible,
el moderador, el refrigerante, las barras de control, el reflector y la fuente
de neutrones. Todos ellos están protegidos, para evitar que salgan las radiaciones,
con una gruesa capa de acero llamada vasija del reactor y posteriormente una
gruesa protección de concreto armado. Los componentes varían según el tipo de
reactor. La fuente de neutrones puede ser de polonio-berilio o radón-berilio,
emisores de partículas alfa (a), núcleos de helio.
Ésta se acerca a las barras de combustible para iniciar la reacción nuclear.
Las barras de combustible están rodeadas de un material o
sustancia llamado moderador. El moderador se encarga de frenar los
neutrones para aumentar la posibilidad de producir fisiones nucleares.
Como moderadores se utilizan el agua pesada (bióxido de deuterio), en
los reactores canadienses
CANDU,
que operan con uranio natural, y agua natural en los reactores BWR
y PWR
(de agua hirviente y agua a presión, respectivamente), que trabajan con
uranio enriquecido (véase la figura 31). También se utiliza berilio,
óxido de berilio y carbón en forma de grafito. El reflector se encarga
de reducir las pérdidas de neutrones en las paredes del núcleo del
reactor. Las barras de control al sumergirse absorben gran cantidad de
neutrones; éstas son generalmente de boro o cadmio, y su función es
controlar la potencia del reactor al grado de poder pararlo
inmediatamente.
El refrigerante es el fluido que absorbe el calor producido por
la fisión y lo transporta fuera del núcleo del reactor. En algunos casos
el moderador y el refrigerante son de la misma sustancia, por ejemplo,
de agua; pero el refrigerante puede ser de sodio líquido, una mezcla de
sodio y potasio, bióxido de carbono o helio.
El calor producido por la fisión se lleva fuera del núcleo (véase
la figura 31) y mediante un intercambiador de calor (exceptuando el
caso en que el refrigerante sea agua) se aprovecha dicho calor para
producir vapor de agua, que va directamente a una turbina conectada a un
generador, para así producir energía eléctrica.
Existen varios tipos de reactor:
PWR
(reactor de agua a presión y uranio enriquecido), BWR
(reactor de agua hirviente y uranio enriquecido), CANDU
(reactor de agua pesada como moderador que utiliza uranio natural y barras de combustible presurizadas), HTCR
(reactor que usa como refrigerante helio gasificado a alta temperatura y grafito como moderador) y FBR
(reactor
rápido de cría, en el que a partir de neutrones rápidos se producen
grandes cantidades de plutonio, más que el producido originalmente, de
manera que no hay que recambiar las barras de combustible).
Cada tipo de reactor tiene ventajas y desventajas; sin embargo, una condición
que todos deben satisfacer es la seguridad, es decir, una alta probabilidad
de que no ocurran accidentes, ya que los productos de fisión son altamente radiactivos,
lo que puede constituir una amenaza para cualquier forma de vida y afectar el
medio. Por ello, la seguridad en los reactores es fundamental. Otro gran problema
es el almacenamiento o el destino que se dé a los desechos radiactivos. Pese
al rechazo social que ha ocasionado la energía nuclear por los accidentes ocurridos
y por el destino de los desechos radiactivos, la tecnología nuclear es un recurso
que se debe conocer y considerar dentro de las posibilidades energéticas, porque
es un recurso real que proporciona a la población grandes cantidades de energía
eléctrica. En el cuadro X se proporciona la radiación que recibe un ser humano
en un año. Como puede observarse, la cantidad de radiación natural es superior
a la artificial
C
UADRO
X. Radiación que recibe una persona anualmente.
Radiación | Milirems (mrem) |
Radiación natural | |
Materiales terrestres |
60
|
Rayos cósmicos (Sol y estrellas) |
50
|
Materiales de construcción |
5-15
|
Materiales terrestres |
10
|
SUBTOTAL |
125-135
|
Radiación del cuerpo humano por elementos radioactivos presentes en él |
25
|
Radiación artíficial | |
Radiografías y fluoroscopías |
40
|
Aparatos de televisión |
5
|
Viajes en avión (más de 7 h) |
5
|
Centrales nucleares |
3
|
Relojes con carátula luminosa |
2
|
SUBTOTAL |
55
|
TOTAL |
205-215
|
FUENTE: CFE, 1987 |
En el caso de México, se está construyendo la segunda unidad de
la Central Nucleoeléctrica de Laguna Verde, Veracruz (es del tipo
BWR
).
La primera ya genera 654 MW de potencia y es el primer reactor nuclear
para producir electricidad que posee el país. La segunda unidad entrará
en operación en pocos años y generará una cantidad similar de energía
eléctrica.
También existen algunos reactores nucleares para experimentación, como el que
tiene el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, en Salazar y el del
Instituto de Investigaciones Nucleares, en la
UNAM,
pero todos
éstos son reactores subcríticos.
En todas las estrellas y en el Sol, en particular, se llevan a
cabo reacciones de fusión nuclear. A temperaturas de millones de grados
los átomos se disocian y quedan cargados eléctricamente o ionizados en
un estado de la materia que se denomina plasma. En estas condiciones se
rompen las barreras que mantienen unidos a los electrones con el núcleo,
los cuales se denominan coulombianas y se pueden unir los núcleos de
los átomos, liberando grandes cantidades de energía.
En la fusión, las reacciones nucleares que ocurren en las
estrellas se han reproducido en condiciones simplificadas y artificiales
en los laboratorios terrestres. En una reacción de fusión dos núcleos
de elementos ligeros como el hidrógeno se unen para formar uno pesado,
con una energía de amarre mayor que cualquiera de los núcleos ligeros.
Dado que la energía de amarre es mayor, hay un déficit de masa o una
masa faltante, que se manifiesta de acuerdo con la fórmula de Einstein
como una gran liberación de energía.
Los elementos e isótopos que se utilizan para producir una
reacción de fusión son el deuterio, el tritio (isótopos del hidrógeno) y
el helio (véase la figura 32). En los reactores de fusión, la reacción
más conveniente en términos energéticos es la de deuterio y tritio. El
primero se encuentra en el agua y el segundo se puede producir
artificialmente a partir del litio. En términos de abundancia y costo,
la reacción más conveniente es la de deuterio con deuterio.
Para vencer la repulsión electrostática de los núcleos de deuterio y tritio y poder fusionarlos se necesita alcanzar una temperatura superior a 50 millones de grados, temperatura de un plasma. Otras reacciones de fusión:
D + D He + n + 0.82 MeV
D + D T + H + 1.01 MeV
D + He He + H + 3.6 MeV
Figura 32. Reacción de fusión nuclear deuterio-tritio.
Para producir artificialmente una reacción de fusión se necesita
vencer la fuerza de repulsión de los núcleos que se quieren fusionar.
Esto sólo se ha logrado de dos maneras diferentes:
1) Elevando la temperatura del combustible de fusión a varias decenas
de millones de grados, estado de la materia que se conoce con el nombre de plasma;
en términos generales consiste en un gas cargado eléctricamente, en el cual
las elevadas temperaturas hacen que se separen los electrones del gas. Sin embargo,
a estas temperaturas no existe un material que pueda guardar al gas cargado
o plasma. Para lograrlo se requieren grandes imanes eléctricos (electroimanes)
y que el gas tenga la forma de un toro o dona. Sólo manteniendo estas condiciones,
aproximadamente en pulsos de un segundo de duración, se puede producir una reacción
de fusión, en la que haya ganancia de energía y ésta se pueda aprovechar. (En
teoría se establece el criterio de Lawson, que señala que para un tipo de reacción
el producto de la densidad del plasma por el tiempo de confinamiento debe ser
igual a un valor mínimo). Este tipo de confinamiento se denomina magnético y
el dispositivo más utilizado para lograrlo fue propuesto por los físicos soviéticos
Igor E. Tamm y Andréi D. Sajarov, en 1950. Se denomina
TOKAMAK,
que es un acróstico de toroid (toroide), kamera (cámara), magnet
(imán) y katushka (bobina).
En un
TOKAMAK
se utiliza un gran electroimán o
transformador de corriente, en el cual se aplica un voltaje en el
llamado primario y por inducción se produce una corriente en el
secundario. En el caso del TOKAMAK,
el secundario es el
plasma donde se va a llevar a cabo la fusión nuclear. Como no existe
ningún material que pueda soportar las temperaturas de un plasma, se ha
propuesto la forma de dona o toro. Como debe ser el plasma el que haga
las veces de secundario y no el recipiente metálico que lo contiene, se
colocan cuatro anillos dieléctricos que cortan la dona en cuatro
(llamados cortes poloidales) para que la corriente se interrumpa en el
recipiente metálico que contiene el plasma. Un segundo problema es
evitar que el plasma de fusión toque las paredes del recipiente, lo cual
se ha resuelto colocando una bobina enrollada en la dona para que forme
un campo magnético muy intenso y el plasma quede confinado
magnéticamente en una segunda dona más pequeña que no toca las paredes
del contenedor (véase la figura 33).
En México se ha construido en el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares un
TOKAMAK
experimental llamado Novillo.
Hasta ahora, en la mayoría de los
TOKAMAK
los
tiempos de confinamiento han sido de milésimas de segundo, razón por la
cual se ha invertido más energía en calentar el plasma que la que se
obtiene de la fusión nuclear.
2) Otra forma de lograr una reacción de fusión es el
método de confinamiento inercial. En la fusión por el método de
confinamiento inercial se ha utilizado un láser muy potente (de 30 000
000 000 de watts) que se parte en varios rayos y el pulso tiene una
duración de una mil millonésima de segundo. Los "brazos" del láser se
hacen incidir en una minúscula pelotita que contiene deuterio y tritio.
El láser provoca un gran aumento repentino de la presión y temperatura
en la cápsula con deuterio y tritio, y la fuerza de inercia comprime a
los núcleos hasta lograr la fusión.
Hasta ahora no se ha logrado construir un reactor de fusión
comercial, esto es, que sea capaz de producir energía eléctrica. Sin
embargo, en Inglaterra se han obtenido progresos considerables. En Rusia
se tienen grandes
TOKAMAK,
al igual que en Japón. En
relación con los sistemas de confinamiento inercial, en el Lawrence
Livermore Laboratory, en California, funcionan los dos grandes láseres
de fusión llamados Shiva y Nova.
Entre las reacciones de fusión más convenientes, la de
deuterio-tritio tiene la ventaja de que el deuterio se encuentra en
forma abundante en la naturaleza y el tritio se puede producir a partir
del litio como ya se había mencionado anteriormente.
Una de las grandes ventajas de la fusión controlada es la escasa radiación
producida, así como la corta vida de los elementos radiactivos como el tritio
(isótopo del hidrógeno), que en realidad es el único producto radiactivo de
las reacciones de fusión, los neutrones que decaen en átomos de hidrógeno y
los productos radiactivos que se producen cuando los neutrones chocan con las
paredes del contenedor, que dependen de la estructura del mismo. Todo lo anterior,
sin considerar que se produce (en el caso de la reacción deuterio-tritio) cuatro
veces más energía que en la fisión nuclear. Basta esperar que se den las condiciones
de ignición del reactor, es decir, que se produzca más energía de la que se
invierte para lograr la fusión.